Como era de esperarse, luego de la campaña de Odio desatada hacia las diversidades sexuales antes y durante su campaña electoral, en su discurso inaugural, el recién electo Presidente de Brasil Jair Bolsonaro llamó a combatir la supuesta "ideología de género” y firma Medida Provisoria 870/2019 que elimina de las políticas públicas toda referencia a derechos humanos para la población LGBTI lo que significa un retroceso importante para el país y la región en cuanto a la inclusión para personas lesbianas, gays, bisexuales, transgéneras, transexuales e intersexuales.
Cabe destacar que hasta la fecha el Gobierno de Brasil ha trabajado ampliamente junto a los movimientos LGBTI para promover la igualdad y el derecho a vivir sin discriminaciones, siendo el primer país del mundo en cuanto a crímenes de odio hacia personas LGBTI.
Este decreto en la práctica significa que deja de haber organismos públicos que se ocupen del tema, pues deja de ser responsabilidad del gobierno respetar y velar por los derechos humanos de la población LGBTI, comenzando por desmantelar la Secretaría de Educación Continuada, Alfabetización, Diversidad e Inclusión (Secadi), creada en 2004 para abordar temas relacionados a los derechos humanos, la diversidad y las relaciones étnicas, así como modificando las políticas del Ministerio de la Familia, Ciudadanía y Derechos Humanos.
Por ser un decreto que deja claro su desprecio hacia los grupos más vulnerables, asimismo redujo el salario mínimo y elimina la prohibición de explotación comercial de tierras indígenas.
Quienes desde otros países del mundo trabajamos para construir sociedades justas, equitativas e igualitarias, con un profundo énfasis en el respeto a toda diferencia propia de la naturaleza humana que no asecha la dignidad de nadie, rechazamos este decreto de odio que se traduce en una clara incitación a la violencia hacia personas LGBTI, que en su mayoría se concentran en estratos socioeconómicos pobres.
