Comunicado sobre solicitudes de asilo en la Unión Europea para personas LGBTIQ

Informamos a las personas venezolanas LGBTIQ que se encuentran en el exterior, en particular en países de la Unión Europea, que deseen solicitar asilo por las razones propias que para ello tengan, en ejercicio de su derecho humano a recibir protección en situaciones críticas:

I. Que las solicitudes de asilo —al menos en países de la Unión Europea— cuyo argumento único o principal sea la presunta persecución LGBTIQ-fóbica por parte del Estado venezolano han sido y están siendo rechazadas, con la consecuencia de que las personas terminan siendo deportadas. La deportación implica la imposibilidad de volver durante al menos un año. Además, una multa de 300€ y la mínima probabilidad de obtener una visa de estudio o trabajo en el futuro, no solo en países de la Unión Europea sino en otros países que exijan visa.

Por una parte, porque en Venezuela las relaciones homosexuales no están legalmente prohibidas ni penalizadas como en otros países en conflicto. Por otra parte, porque a quienes ejercemos el activismo por los derechos de las personas que integramos la disidencia sexual, de género o ambas nos consta que en Venezuela no existe persecución política de activistas por ser lesbianas, gays, bisexuales, transgéneras, transexuales, intersexuales ni queer; al menos como política de Estado no de iure ni de facto. Quienes han sufrido represión o persecución por parte del Estado la padecen independientemente de su orientación sexual, identidad o expresión de género. La existencia de LGBTIQ-fobia en instituciones del Estado, que se expresa en la negación de nuestros derechos humanos, la hemos constatado tanto en instituciones controladas por el partido de gobierno como en instituciones controladas por los partidos de la oposición; lo mismo que los pequeños avances que hemos tenido: han surgido de los sectores progresistas que hacen vida dentro de cada bando político en disputa. El origen de la LGBTIQ-fobia en Venezuela, como en buena parte del mundo, se encuentra en las religiones abrahámicas que, en el caso de Venezuela con el cristianismo, nos fue impuesta por medio de la colonización europea.

II. Recomendamos a las personas LGBTIQ venezolanas que, en efecto, presenten como argumento complementario, secundario o adicional en sus solicitudes de asilo la inexistencia de leyes que habiliten nuestros derechos humanos como el matrimonio civil o el reconocimiento de la identidad de género autopercibida, entre otros y según el caso, que en suma nos impide a las personas LGBTIQ ejercer nuestro derecho humano al libre desenvolvimiento de nuestra personalidad en Venezuela. Esta situación nos consta y nos afecta a todas, independientemente de nuestra posición o actuación política.

La existencia de LGBTIQ-fobia en la sociedad, en las familias, en público o en privado, no debe ser presentada como argumento para solicitar asilo porque esa realidad existe incluso en los países con legislaciones más avanzadas, muchos de los cuales forman parte de la Unión Europea: ese problema no se resuelve solo con leyes sino con educación sexual incluyente y en eso todavía tenemos mucho por hacer en el mundo entero.