COMUNICADO MARCHA NACIONAL ORGULLO LGBTI 2017
CONSIDERANDO
Que la marcha del Orgullo LGBTI debe ser un espacio de visibilización ante la sociedad y el Estado, donde quede claro que existimos y no queremos seguir sobreviviendo a la vergüenza histórica que se nos ha impuesto sino vivir sin miedo a ser, a existir y a amar en libertad. Que la marcha del Orgullo LGBTI Nacional además es el único espacio anual abierto para exigir con claridad y contundencia al Estado, el cúmulo de demandas legales que permitan ir recuperando la dignidad de las personas gays, lesbianas, bisexuales, transgéneras, transexuales e Intersexuales, y dejar de ser prohibidas, restringidas en el ejercicio de derechos que garantizan nuestra felicidad.
Que el trabajo por la dignificación de nuestras ciudadanías y humanidades lo ejercemos quienes aun simpatizando o militando en otros espacios como el político-partidista, no debemos permitir que ni empresas privadas ni partidos políticos secuestren nuestro clamor, para satisfacer intereses particulares, cuando no demuestren ni en discursos ni en acciones verdaderamente significativas su compromiso humano con la construcción de un país de respeto a las diferencias.
Que la marcha del Orgullo LGBTI es un momento para celebrar que estamos perdiendo el miedo y la vergüenza de ser quienes somos; que con amor, colores y alegría estamos venciendo al odio que nos enseñaron a sentir hacia nuestras propias vidas; y que hemos conquistado grandes o pequeños logros, pero que por sobre la celebración, lo primordial es la denuncia y mostrar que seguimos indignados, oprimidos y robados en derechos.
Que quienes organizan las marchas deben asumir su vocería por quienes sufren el estigma y la discriminación y no superponer otros intereses no alineados a la causa, entender que no son dueños de la marcha sino organizadores de un proyecto anual de visibilización, sensibilización y concientización de las peticiones que los múltiples movimientos sociales, como pueblo organizado y oprimido llevamos ante quienes tienen en sus manos acompañarnos en la deconstrucción de prejuicios inhumanizantes, pero que en el seno de sus partidos políticos juegan a seguir invisivilizándonos, ridiculizándonos y usándonos como insulto ante sus oponentes refiriéndose a nosotrxs de manera despectiva.
Que es posible partidizar las marchas en un contexto de polarización profunda, pero que conscientes de que esto genera un ambiente de exclusión pudo haberse manejado al menos convocando en fechas diferentes, lo que permitiría que quienes creemos que defender derechos humanos no te hace “opositor”, o que las causas deben apalancarse en todos los espacios y estructuras sin que esto deba catalogarte como “simpatizante o servil” a pesar de las contradicciones ideológicas de fondo o de forma evidentes.
DECIDIMOS
No asistir a ninguna de las dos marchas convocadas para el próximo domingo 2 de julio de 2017 en Caracas, pues el génesis de esa fractura está en el conflicto político-partidista de quienes convocan haciéndole guiños al sistema opresor y ninguna posee una convocatoria clara político-reivindicativa y esto afecta el movimiento LGBTI, deteniéndonos o retrocediendo considerablemente.
No queremos medirnos en medio de la polarización política que divide y dirige las acciones del país cuyos conflictos nos arropan pero que tienen sus propios espacios de lucha, queremos abrir los ojos de una sociedad represiva transversalizada en todos los sectores, y de cimentar nuevos paradigmas donde las diferencias no sean más toleradas sino reivindicadas.
En este sentido, para no vagar vendados, haciéndonos cómplices silenciosos de intereses ocultos, llamamos a todas las personas que creen en esta lucha a rescatar juntos el sentido de las manifestaciones públicas, marchas, conmemoraciones, celebraciones y protestas como forma de presión política y social que nos lleve a la consecución de nuestro objetivo que no es más que el respeto a la dignidad de todas las personas LGBTI en Venezuela.
Necesitamos conciencia de grupo, evolucionar como movimientos, pues aún estamos apenas comenzando.
Que la marcha del Orgullo LGBTI debe ser un espacio de visibilización ante la sociedad y el Estado, donde quede claro que existimos y no queremos seguir sobreviviendo a la vergüenza histórica que se nos ha impuesto sino vivir sin miedo a ser, a existir y a amar en libertad. Que la marcha del Orgullo LGBTI Nacional además es el único espacio anual abierto para exigir con claridad y contundencia al Estado, el cúmulo de demandas legales que permitan ir recuperando la dignidad de las personas gays, lesbianas, bisexuales, transgéneras, transexuales e Intersexuales, y dejar de ser prohibidas, restringidas en el ejercicio de derechos que garantizan nuestra felicidad.
Que el trabajo por la dignificación de nuestras ciudadanías y humanidades lo ejercemos quienes aun simpatizando o militando en otros espacios como el político-partidista, no debemos permitir que ni empresas privadas ni partidos políticos secuestren nuestro clamor, para satisfacer intereses particulares, cuando no demuestren ni en discursos ni en acciones verdaderamente significativas su compromiso humano con la construcción de un país de respeto a las diferencias.
Que la marcha del Orgullo LGBTI es un momento para celebrar que estamos perdiendo el miedo y la vergüenza de ser quienes somos; que con amor, colores y alegría estamos venciendo al odio que nos enseñaron a sentir hacia nuestras propias vidas; y que hemos conquistado grandes o pequeños logros, pero que por sobre la celebración, lo primordial es la denuncia y mostrar que seguimos indignados, oprimidos y robados en derechos.
Que quienes organizan las marchas deben asumir su vocería por quienes sufren el estigma y la discriminación y no superponer otros intereses no alineados a la causa, entender que no son dueños de la marcha sino organizadores de un proyecto anual de visibilización, sensibilización y concientización de las peticiones que los múltiples movimientos sociales, como pueblo organizado y oprimido llevamos ante quienes tienen en sus manos acompañarnos en la deconstrucción de prejuicios inhumanizantes, pero que en el seno de sus partidos políticos juegan a seguir invisivilizándonos, ridiculizándonos y usándonos como insulto ante sus oponentes refiriéndose a nosotrxs de manera despectiva.
Que es posible partidizar las marchas en un contexto de polarización profunda, pero que conscientes de que esto genera un ambiente de exclusión pudo haberse manejado al menos convocando en fechas diferentes, lo que permitiría que quienes creemos que defender derechos humanos no te hace “opositor”, o que las causas deben apalancarse en todos los espacios y estructuras sin que esto deba catalogarte como “simpatizante o servil” a pesar de las contradicciones ideológicas de fondo o de forma evidentes.
DECIDIMOS
No asistir a ninguna de las dos marchas convocadas para el próximo domingo 2 de julio de 2017 en Caracas, pues el génesis de esa fractura está en el conflicto político-partidista de quienes convocan haciéndole guiños al sistema opresor y ninguna posee una convocatoria clara político-reivindicativa y esto afecta el movimiento LGBTI, deteniéndonos o retrocediendo considerablemente.
No queremos medirnos en medio de la polarización política que divide y dirige las acciones del país cuyos conflictos nos arropan pero que tienen sus propios espacios de lucha, queremos abrir los ojos de una sociedad represiva transversalizada en todos los sectores, y de cimentar nuevos paradigmas donde las diferencias no sean más toleradas sino reivindicadas.
En este sentido, para no vagar vendados, haciéndonos cómplices silenciosos de intereses ocultos, llamamos a todas las personas que creen en esta lucha a rescatar juntos el sentido de las manifestaciones públicas, marchas, conmemoraciones, celebraciones y protestas como forma de presión política y social que nos lleve a la consecución de nuestro objetivo que no es más que el respeto a la dignidad de todas las personas LGBTI en Venezuela.
Necesitamos conciencia de grupo, evolucionar como movimientos, pues aún estamos apenas comenzando.